La periodista Mary Beith asestó uno de los primeros golpes a la poderosa industria del tabaco a través de una fotografía en la que se veían perros fumando. La historia detrás de la historia es un ejemplo clásico de periodismo de investigación. Uno de los primeros trabajos sobre experimentación en animales.
En mayo de este año falleció la periodista y fotógrafa Mary Beith. Tenía 73 años. Probablemente este nombre no te diga nada, sin embargo, en 1975 publicó una foto que pasaría a la historia por su impacto mediático y con la que asestó uno de los primeros golpes a la, por aquel entonces, todopoderosa industria del tabaco. La historia detrás de la historia es un ejemplo clásico del periodismo de investigación: una mezcla de determinación, valentía, buena suerte e incluso cierta dosis de comedia.

Lo que seguro que ya sabes es que durante años el tabaco no solo no se consideraba perjudicial sino que hasta se le atribuían propiedades benignas. Numerosos anuncios reclamaban sus bondades a la hora de hacer la digestión, aclarar la garganta o combatir el estrés. Desde los años 20 hasta bien entrados los 50, las compañías tabaqueras incluso utilizaron la imagen de médicos y profesionales sanitarios sin ningún tipo de remordimiento.

doctores recomendando fumar

“¡La mayoría de los médicos prefiere fumar Camel!”. La campaña, lanzada a mediados de los años 40 por la compañía de RJ Reynolds, aseguraba que “decenas de miles de doctores” de todo el país preferían fumar Camel antes que cualquier otro cigarrillo. “La protección para tu garganta contra la irritación y la tos” aseguraban.

Tendrían que pasar todavía muchos años para que el escenario cambiara radicalmente. Corría el año 1970 cuando el Dr. Oscar Auerbach reveló que había estado experimentando con 86 perros de la raza Beagle. Les había hecho fumar durante meses y 20 de ellos habían desarrollado cáncer, 19 de los cuales morirían antes de finalizar las pruebas. Era, sin lugar a dudas, un experimento cruel pero no se trataba de un experimento cualquiera. Era la primera vez que se demostraba de manera científica el vínculo entre grandes animales expuestos al humo del cigarrillo y el cáncer.

perro fumando en experimento

El Dr. Auerbach había mantenido en secreto su trabajo y sus resultados cogieron a la poderosa industria tabaquera por sorpresa. Esta vió peligrar su negocio y pronto se apresuró a intentar refutar aquel estudio sobre los efectos nocivos de los cigarrillos y para ello, al igual que había hecho Auerbach, se embarcaron en un frenesí de pruebas con animales. Querían devolverle el golpe usando sus mismos métodos.

Fue en medio de esta controversia cuando Mary Beith comenzó a trabajar para ICI (Imperial Chemical Industries), una de las empresas contratadas por las tabacaleras para echar por tierra las conclusiones de Auerbach. Era el verano de 1974.

Mary Beith
Lo que no sabían en ICI era que la recién contratada Mary era diferente de los demás trabajadores. Era periodista y había sido previamente contratada por el semanal Sunday People de Manchester para trabajar de incógnito en alguno de los diferentes laboratorios de investigación animal. A sus jefes del periódico les daba igual el laboratorio escogido para la investigación ya que debido al secretismo de todas estas instalaciones no sabían lo que se iban a encontrar en su interior. Fue ella quién, finalmente, eligió el laboratorio de ICI en Macclesfield por la sencilla razón de que era el que estaba más cerca de su casa.

En ICI también trabajaban con Beagles. Buscaban un cigarrillo "saludable" y demostrar que fumar era sano o al menos no era perjudidial (o no tanto como afirmaba el Dr. Auerbach) y para ello a algunos de los 48 perros Beagle utilizados en su experimento se les hacía fumar hasta 30 cigarrillos al día.

Parte de su trabajo durante los siete días que pasó en los laboratorios consistía en atar a los perros, colocarles las eslingas y ponerles lo que ella llamaba camisas de fuerza. "Sus cabezas eran prácticamente inmovilizadas mediante unas tablas, me parecía un castigo propio de la Edad Media".  "Llevábamos a los perros en carros a las plataformas de fumar, donde les colocaban máscaras, tubos y válvulas en sus caras" escribiría más tarde.

beagles fumando

Para su verdadero trabajo, Beith llevaba una pequeña cámara oculta en su sujetador. A los pocos días de empezar llegó exultante, había conseguido hacer las fotografías. Pero cuando el personal del periódico fue a revelar la película, literalmente se rió de sus esfuerzos. "Recuerdo que uno de ellos me dijo: La próxima vez que hagas fotos de los perros, Mary, por favor, asegúrate de no poner los dedos sobre la lente!" Al día siguiente sacó la foto de arriba.
El documento gráfico estuvo guardado en un cajón del Sunday People durante algunos meses hasta que finalmente fue la portada del 26 de enero 1975. Coincidió con el popular libro de Richard Ryder en contra de la experimentación con animales, Las víctimas de la ciencia. Todo ello provocó fuertes reacciones a favor de los derechos de los animales, una conciencia que ya se había despertado varios años atrás. Así, en 1976, se fundó el Frente de Liberación Animal. Un nuevo activismo había comenzado.

En cuanto a María Beith, ganó un premio a la periodista del año por su trabajo de investigación y siguió trabajando en el Sunday People y posteriormente en el Sunday Mail. Irónicamente, la reportera más recordada por una historia antitabaco era una fumadora empedernida. Murió en mayo tras una larga batalla contra un cáncer de pulmón.

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