Una de las medidas más drásticas para paliar los efectos de la crisis del petróleo se llevó a cabo en los Países Bajos donde el gobierno impuso la prohibición, a nivel nacional, de conducir casi cualquier tipo de vehículo privado con motor de combustión los domingos: solamente quedaban exentos la policía, los bomberos y el personal médico en caso de emergencia.
Padre e hijo disfrutando de una tranquila mañana de domingo sin miedo a ser atropellados. Fuente.

El 23 de agosto de 1973 sucedió algo que tambaleó los cimientos de la economía mundial. Los países árabes que formaban la OPEP tomaron la radical decisión de no exportar más petróleo a los estados que habían apoyado a Israel durante la guerra del Yom Kippur. Esta medida ponía fin a una era de petróleo abundante y barato e iba a traer muchos cambios: en temas energéticos ya nada volvería a ser igual.
Al embargo, que provocó escasez de combustible, especialmente en EEUU y los Países Bajos, se sumó el alza de los precios del petróleo provocando una considerable ralentización del crecimiento económico en los países desarrolladas, no vista desde la Segunda Guerra Mundial. España, por ejemplo, registró un descenso de 0,2% en su Producto Interior Bruto en el primer trimestre de 1975 (en 1974 el PIB había aumentado un 5,6, por ponerlo en perspectiva) y el índice de precios de consumo se disparó un 18,8% en enero de 1975, en comparación con el mismo mes de 1974.

Los efectos de la «primera crisis del petróleo» causaban, verdaderos estragos en la economía, lo que llevó a muchos países a poner en marcha medidas temporales y permanentes para frenar su dependencia exterior de crudo, ante una situación jamás vista. Cada estado impuso las medidas que creyó oportunas en función de su situación y problemas de abastecimiento. En España, por ejemplo, en abril de 1974, el Gobierno impuso la primera obligación de la historia del país de circular por debajo de una velocidad determinada: 130 kilómetros por hora en autopistas. El límite de 130 km/h estuvo vigente hasta 1976. Ese año, en plena transición, el mundo continuaba sufriendo graves problemas energéticos, alcanzando el barril de petróleo un precio de hasta 93 dólares. El Gobierno de Arias Navarro volvió a reducir el límite máximo de velocidad, esta vez hasta los 100 km/h, el más bajo de la historia de España, que estaría vigente hasta 1979.

Un solitario Citroën Dyane 6 alemán circula por una autopista cerca de Amsterdam. Fuente.

Pero sin duda, una de las medidas más drásticas se llevó a cabo en los Países Bajos donde el gobierno impuso la prohibición, a nivel nacional, de conducir casi cualquier tipo de vehículo privado con motor de combustión los domingos: solamente quedaban exentos la policía, los bomberos y el personal médico en caso de emergencia.

Suponía que tres millones de vehículos quedarían inmovilizados un día a la semana, desde las 3 de la mañana (para permitir volver de la juerga del sábado noche; los holandeses saben lo que hacen) hasta medianoche. El decreto comenzó el domingo 4 de noviembre de 1973 y se prolongó hasta el 6 de enero de 1974.

Periódicos holandeses de noviembre de 1973 con noticias sobre el «Autoloze zondag» o Domingo sin coches. Fuente.

Como no podía ser de otra manera, los periódicos se llenaron de fotografías de carreteras completamente vacías tras el primer domingo sin coches a la vez que mostraban los más variopintos medios de locomoción que los holandeses usaban en su lugar: bicicletas de todos los tipos, carruajes tirados por caballos, patines... Lo cierto es que a pesar de las molestias que la medida ocasionó, los domingos de finales de 1973 y principios de 1974 las calles se convirtieron en lugar de fiesta y encuentro, especialmente para los más jóvenes. De un día para otro las carreteras se convirtieron en lugares en los que se podía jugar al fútbol o saltar la cuerda con absoluta tranquilidad. Tras años de avisos de sus padres de que la carretera era un lugar del que había que alejarse, los niños la ocupaban con una emoción indescriptible. «Los domingos, mis amigos y yo íbamos felizmente en bicicleta a todos los lugares donde normalmente no se nos permitía ir. Algunos de nosotros nos aventuramos por carreteras de nueva construcción y salimos del barrio», decía un joven holandés.

Niños jugando en una carretera a las afueras de Amsterdam. Fuente.

A pesar de que esta no era la primera vez que los Países Bajos habían experimentado los domingos libres de coches (de hecho había habido domingos sin coches en 1939, 1946 y 1956) los de 1973 y 1974 cambiaron la mentalidad holandesa. No sólo demostraron la importancia de los espacios libres de vehículos para sus habitantes, sino que también catapultaron otras formas de transporte, menos dependientes del petróleo y, en particular el ciclismo, se volvió a ver como una opción viable para el transporte diario.


Aprovechando la presión social por los accidentes, que  aumentaban año tras año desde mediados de los 50, y la necesidad estructural de una mayor independencia energética, los políticos se alejaron del «cochecentrismo» que había imperado como modelo, proponiendo medidas de promoción de la bicicleta como un elemento que mejoraba la calidad de vida, La Haya financió, en 1975, los primeros carriles bici segregadosEsta mentalidad, iniciada con la crisis del petróleo, junto al movimiento social denominado «Stop Kindermoord», en español, «detener el asesinato de niños»  —las cifras de fallecidos en carretera eran altísimas a comienzos de la década de 1970, en 1971 más de 3.000 personas murieron en accidentes de automóvil, 450 eran niños— ayudó a cambiar el sistema de transporte holandés a lo que es hoy.


Autoloze zondag Haarlem gefilmd 1973 - Youtube (3:18).

Y la medida ¿fue efectiva? Cualquiera podría pensar que, para un país con setenta días de reservas de petróleo y con serios problemas de abastecimiento, ahorrarse buena parte del consumo de un día, aunque no fuese laborable, podía significar mucho. De hecho otros países como Alemania, Bélgica o Dinamarca también lo aplicaron en menor medida. Sin embargo el ahorro de combustible previsto no cumplió las expectativas. Para eludir la prohibición muchos holandeses usaban el coche los sábados más de lo que lo habrían hecho en circunstancias normales y, tras casi tres meses, el consumo no había disminuido. El propio gobierno retiró la medida tras diez domingos con todos los coches  del país aparcados.

Fuentes: bicycledutch, abc. cellomomcars, allday, rotterdam010, rtve, wikipedia.

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3 comentarios:

  1. En la RFA se estableció la Ley de Seguridad Energética, poniendo un impuesto especial sobre la circulación y, a partir del 25 de noviembre de 1973 la prohibición del tráfico general. Durante seis meses los límites de velocidad máxima en autopistas bajaron a 100 km/h . Todo esto no tuvo ningún impacto apreciable en el ahorro de energía, pero para 1974 tenían unos 17 millones de marcos más para pagar por sus importaciones de petróleo gracias al nuevo impuesto.


    En Suiza hubo a partir del 25 de noviembre de 1973, tres domingos consecutivos de prohibición general.

    El Kleinwalsertal austriaco se unió al domingo sin coches, introdujo un límite de velocidad permanente de 100 km/h en carreteras de asfalto en Austria.

    En general fue una época en la que muchos países se dieron cuenta de golpe y por las malas que la era de petroleo abundante y barato había terminado.

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  2. ¡Jasús! Con comentarios de este tipo que completan el post me vais a jubilar. ¡Buenisísimo el aporte!
    PD: baraja la posibilidad de abrirte tu propio blog ;D

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